Estaba en un restaurante la semana pasada y sin querer escuché una conversación:

-¿Y tú qué  haces?  ¡Soy profesor!

-¿Y qué enseñas?  Historia para bachillerato

-¿Y te gusta ser profesor? Sí, claro, me sé la materia de memoria, es fácil.

-¿Y a los alumnos les gusta tu materia?  No sé, demás. Creo que sí.

-¿Y que aprenden?  Historia patria e Historia Universal.

Me aparté de la conversación porque me quedé pensando en miles de cosas sobre lo que estas dos personas hablaban y pensé en la educación que tuve y la comparé con la que hoy tiene Martín mi hijo de 6 años y la que tuvo mi padre en los años 40.

¡Dios mío, es igual!  ¿Cómo puede ser el modelo de educación igual en el lapso de 80 años?

Y no quiero generalizar, sé que hay nuevas versiones de modelos educativos con pensamientos e ideas nuevas, pero el 90% de las propuestas de modelos educativos es de un modelo tradicional.

En los contenidos de las materias seguro algunas cosas o datos o fechas habrán cambiado, cuando se descubre un nuevo planeta o un nuevo hallazgo arqueológico o se desmiente una teoría que por años reinaba o un nuevo animal o una nueva medicina,  esos contenidos son nuevos, pero el método de enseñanza es el mismo, aprenderse los contenidos de memoria. Califican el aprendizaje a través de notas que valoran saber el contenido, y no lo que hacemos con eso que nos enseñan.

Hoy hay empleos laborales que hace 80 años no existían

¿Cómo puede un niño hoy día estudiar de la misma manera que yo hace 30 años y prepararlo para la vida profesional que le vendrá en los próximos 20?

¿Sabrá el niño desempeñarse en esa profesión que aún no existe pero que de seguro va a requerir un saber hacer por encima de si sabe o no sabe una teoría?

A la pregunta a este profesor de Historia ¿Qué aprenden sus alumnos? La respuesta debería ser…

¡Aprenden a Aprender!

El contenido que se da en un colegio o institución es un contenido que en muchísimos casos cambia, porque así es el mundo, se descubre, se inventa, se reinventa, se teoriza, se filosofa, siempre hay algo nuevo, algo cambiante, pero los métodos de aprendizaje y el cómo nuestro cerebro arma y conecta lo que le llega y lo transforma en una propuesta nueva, es lo que realmente tiene valor.

A usted hoy en un trabajo de perfil medio a alto, no le pagan por hacer de rutina, le pagan por hacer cosas nuevas, por pensar, por crear, porque no es lo que sabe, es lo que hace con lo que sabe lo que tiene valor, y cada vez más este es el enfoque de las profesiones nuevas, estos nuevos empleos y profesiones no son por rutina, o sea, no son por el contenido.

Los empleos de rutina cada vez son menos, y tienden a desaparecer porque la tecnología, la robótica, la computación tiene ejércitos mecánicos para producir en serie números que son muy superiores a los que un humano puede lograr.

Aprender a aprender es desarrollar maneras de solucionar, de indagar, de investigar, de analizar, de concretar, de proponer, para aprender a aprender no hay nota por saber de memoria algo, hay nota por la capacidad de hacer algo con eso que sabe.

El desarrollo de la inteligencia creativa es un pilar olvidado en la educación tradicional. Elaborar preguntas que abran posibilidades y sobre todo proponer que las cosas se vean desde otras perspectivas, poder imaginar, soñar, pre visualizar un panorama, pero construir todo un imaginario de:

• ¿Qué pasaría si?
• ¿Cómo sería si?
• ¿Qué sucedería si?

Aprender a aprender es generar algo nuevo con lo que se aprende. Una montaña es una montaña, punto, pero ¿Cómo podríamos enseñar montaña sin decir qué es una montaña?

Un profesor no debe ser el hombre o mujer de las respuestas, un buen profe debe ser el de las buenas preguntas para auto-cuestionar al alumno.

Si de niño se enseña a obtener una respuesta cada que se lance una pregunta, de adulto esperará lo mismo. El no tener respuestas para todo e ir en la búsqueda de la respuesta, indagarla, analizarla, compararla, hace que de adulto se halla creado el hábito de la investigación.

-¿Mamá la leche esta fría? Si

-¿Profe, esa hoja es verde? Si

-¿Papá, me regalas $10.000 pesos? Si

Bueno, esta respuesta no está tan mala! Jajaja, pero lo que quiero exponer es que si los modelos educativos enseñaran a pensar  en soluciones, no sucedería que de adultos llegue esa frustración que se genera por no encontrar las respuestas que se quieren a la primera pregunta planteada  y habría más perseverancia y menos abandonos de sueños.

Volvamos a los mismos ejemplos anteriores con una alternativa diferente de respuestas:

-¿Mamá la leche esta fría?  ¡Hijo, la acabo de servir de la nevera!

-¿Profe, esa hoja es verde?   Mira este lápiz, este marcador y este vaso, ¿Puedes hacer la comparación y decirme como luce para ti?

Pienso mucho en el futuro de mi hijo y eso me lleva a pensar mucho en su educación.

Me gusta que no estudie, me gusta que aprenda, porque me acuerdo de mí en el colegio, podía quedarme 4 horas en la casa estudiando para un examen y no aprender absolutamente  nada.

Fui una alumna promedio, no destacada en notas, tampoco las perdía, me enfoqué realmente en pasar los años raspados, en reírme y gozarme la vida, fui muy social y muy manual, eso si.

Aprendí del colegio que teníamos mucha diversidad en el ecosistema, que las matemáticas me gustaban pero que no quería trabajar en eso, aprendí que el hombre se ha matado por siglos en guerras y que lucha por su libertad haciéndose esclavo de una razón que dice que existe… de mi padre en cambio aprendí la constancia, la perseverancia, la disciplina, el amor por hacer lo que a uno le gusta, aprendí del amor con el que me daba de su tiempo, llegaba cansado de su trabajo y siempre había tiempo para mí, aprendí a dar de mi al otro y sobre todo aprendí que era especial, como tú o como yo, aprendí a confiar en mí, aprendí a que mis ideas tenían valor y que yo era importante para mi propia vida.

Y tú, ¿estudias o aprendes?

¿Eres del tipo de persona que quieres vivir de lo que mas te gusta hacer y poder tener un plan de acción para hacerlo realidad?

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