Muchos al hablar de creatividad piensan en personas relacionadas con las artes o la plástica, personas que dibujan o hacen esculturas, artistas y locos llenos de pintura y “mugre”, pero nada más lejano de la realidad de lo que es creatividad.
La aplicación de la creatividad va mucho más allá de su uso en las artes, el ser humano es creativo por naturaleza, desde el nacer está la habilidad de ser creativos, inventivos y su momento más alto en explosión creativa es durante la infancia, acaso…
¿Quién no imaginó un mundo fantástico y se hundió en su historia?
Una sábana se convierte en un súper héroe, una escoba es un hermoso y rápido caballo, una cuchara de palo es un micrófono para dar conciertos de rock, estar debajo de una mesa es proteger el castillo, todas esas expresiones de imaginar cosas que no están físicamente no las hace menos reales ¡eso es creatividad!
Hoy mi hijo de 6 años, Martín desde que tiene 4 me pide cinta pegante, cartones, tarritos vacíos, tubitos de papel higiénico, me maravillo con lo que construye: ¡Disparador automático de láser potenciado!
No tengo idea que es, pero puedo ver sus ojos brillando cuando me explica por dónde sale el láser y que hay que hundir un botón que yo no veo pero que acciona un disparador para eliminar unas babosas del inframundo.
Friedrich Nietzsche dice
“el mundo real es mucho más pequeño que el mundo de la entelequia del ser humano”.
Recuerdo mi infancia, los programas de televisión que veía, los libros que mis papás me leían y cómo todo eso influenciaba en lo que yo creaba en mis juegos, dibujos, relatos… hoy veo a Martín y es eso mismo, nuestra inteligencia creativa se da despliegue a crear de lo que tiene a su alrededor y ahí desde niños es como comienza a dar forma.
Los programas de televisión que ve, influyen en ese imaginar, el contexto familiar es el primer y gran influenciador que siembra desde allí los paradigmas y comienza a poner un velo en su mundo.
Desde esta corta edad se esta desarrollando la inteligencia creativa que hará que ese niño de adulto use su imaginación y todo su poder creativo para cuestionarse su mundo darle soluciones a la vida, tanto a nivel personal como profesional. La Creatividad es cultivada y como cualquier otra habilidad se desarrolla, se entrena y se vuelve un talento.
Lastimosamente al crecer, el ser humano empieza a seguir reglas y a crear paradigmas que acaban con su capacidad de imaginar y de crear. A los primeros vistazos de tener que crecer, las propias palabras desde el hogar son: ¡Madure que ya está muy grande! ¡usted ya no es un niño!
¡Si madurar, es dejar de imaginar, que el cuerpo siga su crecimiento, pero que la mente se mantenga infante!
La ciencia, la tecnología, los motores, los vehículos, la medicina, el deporte, los hoteles y restaurantes, la arquitectura y todas las disciplinas se han visto impactadas con el deleite de la creatividad.
Todo comienza por un pensamiento que pronto se transforma en una idea más sólida de querer mejorar, cambiar, solucionar y luego se pasa a la acción, al ensayo y error y allí puede llegar a convertirse en una innovación.
Tenemos el mundo rodeado de objetos, de espacios, de cosas construidas por alguien que alguna vez las imaginó y que a su vez tuvo la valentía de hacer que sucedieran.
Desarrollar la inteligencia creativa es un buen plan! Potenciar esta capacidad que tenemos trae el hacerse buenas preguntas que abren puertas a la investigación, abre posibilidades donde otros no las ven, hace que los sueños se vean más tangibles y tengan pues una estrategia para lograrlos.
Como decía Henry Miller
“La imaginación es la voz del atrevimiento”
La educación tradicional fortalece mucho más el desarrollo de la inteligencia racional.
La inteligencia racional es conservadora, práctica, disciplinada, lógica, rígida, realista, funciona muchísimo para muchas de las cosas que hacemos como líderes, directivos, planeadores, organizadores, estrategas, metódicos, pero se queda corta a la hora de generar cambios y ver soluciones diferentes. Es buena haciendo lo que ya sabe hacer, pero poco se abre a nuevas maneras de ver las cosas.
En cambio la inteligencia creativa es innovadora, valiente, abierta, amena, libre, revolucionaria, juguetona, divertida, soñadora.
La inteligencia creativa se manifiesta por las ganas de crear, de generar soluciones, de innovar y sobre todo de vivir.
El motor de la inteligencia creativa es la pasión.
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AnaLú Black