Mi papá me enseñó desde pequeña: ESTUDIE, TRABAJE Y TENGA.

Eso mismo le enseñaron a él, pero la verdad a mi no me funciona. Este lema de vida funcionaba en los años 40. Hoy día está obsoleto.

Desde muy pequeña comencé a romper paradigmas de estudio y a cuestionarme del porqué de las cosas,
las reglas no me las tragaba entero, todo lo preguntaba, fui irreverente y si, hasta grosera, pero esto me llevó a crear y organizar mi mundo a mi manera, yo no le hacía daño a nadie, los mandamientos de la ley de Dios yo los cumplía, no maté, ni transgredí a otra persona, no fui violenta y mis principios sobre el respeto humano estaban presentes, así que lo que hacía, era tan sólo de disciplina, de necia.

Yo estudié en un colegio de monjas e hice lo que pude con mis maneras de ser, me mantenía en rectoría por matricula condicional, siempre regañada porque mis acciones de payaso y de exagerada volatilidad superaban el standard que el colegio permitía.  Era (soy) demasiado necia, la disciplina no es mi fuerte.

Siempre me vi haciendo manualidades, vendiendo cosas

que yo misma hacía, hablando como una lora, divirtiéndome, buscando el juego para aprender. Fui tan clara y persistente en perseguir mis sueños.

Muchas veces me llamaron loca, hoy incluso a mi edad que paso los 30 (pero ese es otro tema) mis padres aún piensan que estoy loca por no estar trabajando en una empresa con salario fijo de pago quincenal, ir a trabajar a una empresa multinacional, reconocida, con bonos y seguridad.

Para ellos verme manejando mi horario, trabajar en la casa, en ropa cómoda con unas galletas de chocolate a un lado, es casi inaceptable. Lo que sí reconocen es que me ven muy feliz haciendo lo que quiero y ganándome la vida justo así, desarrollando lo que más me gusta hacer: Inspirar a otros a creer y crear desde sus pasiones, hacer de sus vidas una empresa íntegra, primero SER y luego Hacer. Mis padres me ven feliz  y eso los calma, ¿Qué padre no quiere ver a sus hijos felices?

Hoy en día cada vez hay más personas profesionales que salen de colegios, universidades, posgrados y especializaciones, pero hay menos puestos de trabajo de la calidad y la remuneración acorde a ese lema de: Estudie – Trabaje – Tenga.

Hoy en día el estudio superior no garantiza un puesto ni un salario del estilo y la calidad de vida que este lema proponía, menos aun, el que las personas quieren o anhelan tener. Cada vez hay más adolescentes sin saber que estudiar y están inconformes con las decisiones que los padres, profesores o superiores o test de perfiles eligen por ellos.

Jóvenes que no escuchan su interior, a su pasión, a su verdadero motor. Situación que los hace iniciar una y otra carrera y que de manera desesperada se preguntan por su vida para cumplir la premisa enseñada de que si no estudia no es nadie en la vida.

¿Quién dijo que no eres nadie en la vida porque estudies o no? 

¡Ya eres alguien, eres tú!

Adultos insatisfechos con lo que hacen, o con lo que tienen, o con lo que son, o de donde están; Expresan frases como: “no he hallado mi lugar en el mundo”. Personas en trabajos para pagar sus gastos y que manifiestan no tener vida o que están  en un lugar donde no quieren estar.

Tenemos una educación planteada desde hace muchos años basada en inteligencia lógica y matemática, se enseña contenido, se enseña para aprender de memoria, se enseña a desarrollar habilidades individuales y a ganar o a perder una nota por trabajo de cada individuo, no se desarrollan habilidades de trabajo en equipo, no se enseña a hacerse preguntas o a ver diferentes posibilidades a cada respuesta.

Hoy los avances en la tecnología y en los estudios sobre las posibilidades de aprendizaje y las capacidades de la mente, la influencia de la inteligencia emocional, el desarrollo del pensamiento creativo, son temas que parecieran estar jalando para lados opuestos del sistema educativo.

El auto-conocimiento, escuchar su interior y caminar pegado de esa pasión y actuar conforme a lo que se escuche de sí mismo es mas aprendizaje que cualquier materia de colegio, la filosofía, que la vine a entender hace unos pocos años: amor a la sabiduría. Saber de mi, saber ser, saber de mi saber.

¿Cuál es tu filosofía de vida? y a esa respuesta:

¿Estás cada día construyendo esa vida?

La calidad de vida deseada por cada individuo termina subyugada al contexto que lo rodea, si no se logra ese deseo de ser, se obtiene un individuo insatisfecho, triste y desesperado que trabaja y que existe por necesidad y se olvida de producir realmente y de vivir plenamente, y está repitiendo lo que otros dicen y hacen.

La curiosidad ha quedado en la niñez y justo esa curiosidad es la que el adulto cuando la guarda, pierde muchas facultades  de crear, de solucionar, de proponer, de saber ser.

¿Qué pasaría si…?

De mi experiencia de vida, de mis búsquedas, de lo que he encontrado, dónde y cómo he fallado y desde esa inmensa curiosidad que me caracteriza, muevo este blog con  el inmenso placer de seguir aprendiendo.

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